Me acercaré a tu espalda con ternura.


Me acercaré a tu espalda
con ternura

reclinaré en tu hombro
mi mejilla,
te rozaré suavemente
con mis labios

y anidarán mis brazos
en tu dulce cintura.
-Maka.-

La batería que alimenta el placer. capítulo 4

LA BATERÍA QUE ALIMENTA EL PLACER.-
Escena final...

Maka sintió unas delicadas carcicias en sus pechos


y entreabrió los ojos para ver a Javi,


que se había subido a la plataforma y se encontraba


agachado junto a ella dedicándole sus mejores masajes…


“Dámela” le susurró Maka entre jadeo y jadeo.


Los ojos del muchacho se abrieron enormemente


y sólo cuando ella le sugirió “quieres que tu perrita te la coma??”reaccionó. Se enderezó, extrajo su endurecido miembro por la cremallera del mono y lo acercó tímidamente a su boca. Ella besó el sonrosado glande, lo lamió y fue introduciéndose aquel joven pene en su experimentada boca.

Sus labios se cerraron sobre el miembro del muchacho saboreando cada centímetro que avanzaba sobre el, a la vez que con su lengua lamía la parte del pene que ya se encontraba dentro de su boca. Por primera vez ella escuchaba los jadeos acelerados del chico.

Maka recibía fuertes espasmos de placer incontrolado con cada dura penetración de Julián , sabiéndose presa e incapaz de evitarlas….tampoco quería evitarlas….

Notó como el extrajo su pene dándole un descanso a su vagina mientras , con fuerza, azotaba de nuevo sus nalgas.

Un segundo después volvió a sentir las manos de Julián aferrándose de nuevo a sus caderas y ella esperó, deseosa, la penetración…. Sin embargo Maka se sorprendió al sentir que aquel…”ataque” no iba dirigido a su sexo, y sin tiempo de decir nada, notó el duro pene de Julián abriéndose paso en el interior de su ano..

Ella gritó de placer dejando de lamer el pene de Javi, que sorprendido por aquel gemido placentero, titubeó.

El fluido vaginal que bañaba el pene de Julián sirvió de eficaz lubricante y permitió que el la penetrara analmente hasta el fondo, una y otra vez, sin descanso.

Maka, recuperada de la, placentera, sorpresa, se dejó llevar, disfrutando de cada acometida mientras lamía de nuevo, el pene de su joven amante.

Los gruñidos acelerados de Julián anticipaban el final de aquel desenfreno de lujuria y placer.El sacó su pene del ano de Maka y con renovado brío la penetró vaginalmente.

Ella no podía más; el placer la desbordaba, y tras escuchar un ronco gemido de Julián, sintió como una marea de cálido esperma inundaba su interior….fue demasiado… dejó de lamer el pene de Javi y cerrando con fuerza los ojos llegó, entre espasmos, a un indescriptible orgasmo.
Un látigo de placer recorrió su cuerpo y cuando estaba deleitándose con aquel mar de sensaciones notó el glande el pene de Javi rozándole los labios.
Abrió los ojos y mirando al muchacho le dijo…”quieres tu regalo de cumpleaños? Eh? Si?” y lamió con suavidad el glande del muchacho, que con un ronco jadeo eyaculó sobre su lengua.

El orgasmo hizo temblar al joven, que casi pierde el equilibrio mientras Maka saboreaba su esperma sinténdo como se deslizaba lentamente por su garganta.

Julián retiró su chorreante miembro del interior de Maka y se dejó caer apoyado sobre el borde de la plataforma mientras Javi, ahora azorado, se metía su pene con rapidez dentro del mono y bajaba del vehículo.

Ella dejo caer su cabeza - la única parte que podía mover con libertad - entre sus hombros disfrutando de aquel placentero momento.

Un zumbido ululante la hizo salir de aquel limbo de placer…levantó la cabeza, abrió los ojos, miro al frente y leyó ........Kapullito1986 le ha enviado un zumbido…… Qué????

Sacudió la cabeza y miró a sus alrededor… joder! Otra vez me he quedado dormida en el sillón!

En la pantalla parpadeaban innumerables lucecitas naranjas, incontables don juanes apremiantes, innombrables poetas vulgares, insufribles obsesos atentos, que como aves en celo desplegaban sus mejores chistes, gracias, poemas y atenciones como si de sus coloridos plumajes se tratara. Y en el centro de todos ellos, como siempre, allí estaba él, la figura sin rostro del Messenger sonriendo con frialdad.

El café, frío ya, que la esperaba en su taza nueva sobre la mesa la devolvió definitivamente al mundo real.
Recordó que se había levantado temprano, demasiado tal vez, y tras hacer el café se había sentado frente al ordenador. Sin duda se había quedado dormida. Al menos, pensó pícaramente, lo he pasado bien, como atestiguaba su humedecido sexo.

Apagó el ordenador, se terminó el frío café y se fue al baño.

La ducha le sentó estupendamente y terminó por despertarla del todo. Abrió el vestidor y eligió su vestido rosa…”al menos sigues entero” dijo, mientras se guiñaba el ojo en el espejo.

Salió de casa para encontrarse con una mañana que auspiciaba un bochornoso día. Devolvió cantarina el “buenos días” con que la saludó Mateo, el padre de Marisa, la de la panadería, que como cada mañana había ocupado, como hacen casi todos los jubilados, su atalaya de vigilancia; el estrado de su tribunal particular junto a la valla desde la que podría observar el desarrollo de las obras de remodelación del paseo.

Macarena cruzó la calle, se subió en el coche y giró la llave dentro del contacto….

El motor no arrancó…………………..

La batería que alimenta el placer. capítulo 3

La batería que alimenta el placer.
Escena tercera.-


Maka con un susurrado “ven aquí”


atrajo a Javi hasta ella y con suavidad


le introdujo la mano en el mono agarrando


con fuerza aquel joven y vigoroso miembro


erecto del muchacho.
Con suaves movimientos comenzó a masturbarlo.



Javi, excitándose aún más, miraba fijamente
los pechos de Maka. Ella le sugirió… ”tócamelos, quieres?”. Él, con esa ansia mamaria que caracteriza a todos los muchachos, no se hizo de rogar y comenzó a acariciar suavemente sus pechos.

Julián continuaba penetrándola con su grueso índice, soltándo roncos gruñidos a modo de jadeos.

En un momento dado sacó sus mano de debajo del vestido, agarró a Maka por la muñeca y la condujo a la parte posterior de la grúa; allí, con la misma destreza con la que había hecho descender el coche deslizó su mano bajo el vestido y de un fuerte tirón la arranco el chorreante tanga.

-Niño, las cintas! le dijo con su grave voz a Javi.
El cual se separó de Maka y rebuscó nerviosamente algo en la plataforma posterior del vehículo. Al instante se acercó de nuevo y juntando las muñecas de ella, las rodeó con unas cintas de transporte de un descolorido y sucio naranja.

Ella, excitadísima, no sabía muy bien que pasaba….la verdad es que tampoco le importaba…le gustaba y aquello era suficiente. Oyó el gemir del motor eléctrico de la grúa, alzó la mirada y vio descender, amenazador, el gancho…. se detuvo.

Julián le alzó los brazos y con un rápido y preciso movimiento enganchó las cintas que aprisionaban sus muñecas al gancho. Un leve movimiento ascensional de este hizo que ella quedara con los brazos levantados y el cuerpo totalmente estirado.

Aquella montaña de músculos no definidos se acercó a ella y asiendo con fuerza descomunal la parte delantera del vestido tiró de el como si en ello le fuera la vida.
El vestido, frágil y vaporoso se deshizo en jirones dejando al descubierto los pechos y el sexo de Maka, que lejos de demostrar temor, miraba provocadoramente a Julián. El cual, satisfecho ante aquel desnudo forzado gruñó de excitación clavando sus ojos en los pezones de aquella mujer.

Entonces, sin mediar palabras, sin miradas, sin tratos ni negociaciones… como dos buenos amigos, se repartieron el cuerpo deseado de su presa de lujuria. Como renacidos Rómulo y Remo, lamieron, mordisquearon y mamaron de aquellos generosos pechos que ella, sin querer…queriendo, les ofrecía.

Maka, inmersa en un jing-jang de placer sentía como cada uno disfrutaba de su cuerpo de manera distinta; con fuerza y fiereza Julián lamía su pecho, mordía su pezón duro, agarraba y pellizcaba su nalga…..por el contrario las manos de Javi estudiaban, con más éxito que con los libros, su pezón delicadamente y con delicadas caricias recorría su trasero jadeando quedamente.

Entre oleadas de placer desbocado ella sintió que aquel índice, ya conocido, penetraba de nuevo con fuerza en su vagina a la vez que Julián pegaba su cuerpo contra el de ella haciéndole sentir en su muslo la presión del endurecido miembro.

¿Cuánto tiempo estuvieron disfrutando de aquel equitativo reparto de su jadeante cuerpo?.....Maka no sabría decirlo…pero le gustaba, la excitaba sobremanera.

Finalmente Julián la hizo girarse; quedando ella de frente a la plataforma del vehículo.
El motor retumbó de nuevo y el brazo de la grúa se retrajo lentamente hacia el fondo de la plataforma por lo que hizo que Maka se viera forzada a ir inclinándose hacia delante hasta que sus muslos toparon con el borde de la plataforma, con lo que ella quedó con sus muslos pegados a aquel borde frío y grasiento y con el tronco del cuerpo inclinado hacia el interior de esa plataforma gris.

Aquello no hizo si no aumentar su excitación ….adivinando qué sería lo que acontecería a continuación.

Como supuso Maka, tras escuchar la carrera precipitada de una cremallera notó las ásperas manos de Julián que tras propinarle un sonoro azote en las nalgas la agarraban con inusitada fuerza por las caderas. Seguidamente notó cómo su vulva recibía la acometida de un ardiente glande, que ayudado por la gran cantidad de fluido que bañaba el sexo de ella , encontró sin dificultad la entrada de su vagina, penetrándola con fuerza brutal.

Maka sintió el grueso y erecto pene de Julián entrando en ella, llenándola, y exhaló un gemido de placer.

El la penetraba fieramente, sin descanso, con sus manos aferradas a las caderas de ella; gruñendo inhumanamente.


Los húmedos sonidos de las rítmicas penetraciones servían de coros a sus compartidos jadeos... (Continuará...)

La batería que alimenta el placer. capítulo 2

La batería que alimenta el placer.-
Escena 2ª



... Se dirigió hacia la cabina moviendo, conscientemente, sus caderas más de lo normal, con pasos pausados... haciendo repicar
sus finos tacones en el asfalto y mirando fijamente a los ojos del operario. Este, aunque intentó mantenerle la mirada, no pudo resistir desviarla hacia aquellos pechos que se adivinaban perfectamente bajo su ligero
vestido de seda. En un movimiento instintivo, se acaricio el bulto que comenzaba a formarse en la entrepierna de su mono... subió a la cabina del vehículo y cerró la portezuela con un fuerte golpe.

Maka se tomó su tiempo rodeando el morro de la camioneta, sintiendo sin verla, la mirada excitada del conductor en sus sinuosas nalgas y excitándose con la fija mirada que ahora sus pechos arrancaban de los ojos del muchacho.

El chico, indeciso en que parte de aquel jugoso cuerpo posar su mirada, se apartó de la portezuela abierta para que ella pudiera acceder a la cabina.

Maka, como solo ella sabe hacerlo, insinuó un movimiento vacilante, de perrita desvalida, al intentar entrar en la cabina, al que el muchacho, sin necesidad de ninguna solicitud, respondió agarrándola por las caderas para ayudarla.
Recogiéndose innecesariamente el vestido hasta la mitad de sus muslos, se encorvó entrando lentamente en la cabina, ofreciéndole al conductor una generosa vista de sus pechos libres bajo el vestido y sintiendo como las manos del joven, empujando, se deslizaban por sus caderas hasta recorrer descaradamente el contorno de sus nalgas.

El olor a grasa y sudor de aquel habitáculo, lejos de asquearla, la excito más.

Se acomodó en el centro de la cabina, hundiéndose en aquel áspero asiento de plástica imitación de piel agujereado incontables veces por quemaduras. Maka se arregló el vestido de manera que mostrara generosamente sus sedosos muslos.

Apenas escuchó el leve portazo que dio el muchacho al cerrar, sintió la vibración del motor al arrancar como si fuera el pistoletazo de salida de una carrera de excitación y deseo.

Abandonaron la calle donde vive Macarena, aunque en realidad Macarena, se había quedado allí, en la acera, en la grúa iba Maka.

Recorrieron las calles de una ciudad que se desperezaba al naciente sol del fin del verano. La conversación fue irrelevante, esas conversaciones nubladas por deseos y pasiones que impiden cualquier raciocinio.

Los traqueteos del vehículo hacían que el ajustado tanga azul fuerte que Maka llevaba se pegara, con dulces presiones, a su sexo que clamaba atención.
En un par de ocasiones dejó, intencionadamente que su mano rozara la pierna del conductor, advirtiendo disimuladamente que el abultamiento de su entrepierna aumentaba.
-No es Apolo, pensó, pero tampoco es Hefestos

Por estas banales conversaciones supo que el muchacho - dieciocho cumpliría mañana -Javi, era el sobrino de Julián, el conductor, y que estaba allí, con el, expiando los malos resultados en su lucha con los libros.

Salieron de la ciudad y entraron en el complejo industrial que se había convertido en adalid del trabajo en aquella zona azotada por el desempleo. Maka se dio cuenta que Javi, estirado como un palo, se apretaba contra el respaldo del sillón para,con furtivas miradas, cada vez más prolongadas, admirar el movimiento de sus pechos. Ella sabiéndose provocadora, no hizo nada para evitar que, cada vez con más frecuencia, los tirantes de su vestido se deslizasen voluptuosamente por la sedosa y morena piel de sus hombros, ofreciendo al muchacho una generosa vista, a través del escote de sus endurecidos pezones.

Los nerviosos movimientos de las manos del muchacho, que no encontraban sitio donde reposar y el creciente bulto en su entrepierna eran mudos testigos de su excitación.

Llegaron a la entrada del taller, cuya gran puerta corrediza metálica estaba cerrada. Javi, tras una rápida mirada a su tío, bajó de la camioneta cerrando la portezuela tras de si. Se dirigió a la puerta que tras varios giros de cerradura y algún forcejeo vacilante comenzó a chirriar al deslizarse lateralmente.

Julián condujo el vehículo dentro del taller mientras el muchacho cerró el portalón tras de ellos.

Maka descendió de la cabina y, como el que no lo ve leyó en el cartel que colgaba de la puerta de lo que, pensó, debía ser la oficina :

FORD SERVICE
Lunes - Sábado de 09:00 a 18:00
Domingos cerrado

Una rápida mirada al reloj le confirmó lo que sospechaba…eran las ocho menos veinte….mmmmmm.

Julián, con diestros movimientos hizo descender el coche que Javi, con inusitada maestría, desenganchó.

Maka avanzó sinuosamente hasta la consola que controlaba la grúa, extendió su manoy comenzó a acariciar una de aquellas frías palancas a la vez que, pausadamaente giró la cabeza y miró provocadoramente a Julián, que se había desplazado hasta la cabina para dejar sus sucios guantes.

Este, devorándola con la mirada, lanzó los guantes dentro y cerró con fuerza la portezuela. Seguidamente avanzó hacia ella y, al llegar a su lado, posó su mano sobre sus nalgas, apretando con fuerza mientras que con la otra mano comenzó a masajear frenéticamente sus pechos.

Maka suspiró y cerrando los ojos ladeo su cabeza dejando que su negra melena se deslizara suavemente hacia el otro lado, mostrando su terso cuello. Al instante sintió los hoscos besos y ásperos lametones de Julián.
El había metido sus manos por debajo del vestido y apretaba con fuerza sus nalgas y aprisionaba con fiereza sus pechos, proporcionándole ocasionales pellizcos en sus erectos pezones.

Ella vibraba de placer sintiendo las poco sutiles maniobras de su”gorila” particular. La excitaba sobremanera sentir aquellas callosas manos disfrutando de sus pechos y nalgas y esa lengua áspera lamiendo su cuello y hombros.
Giró la cabeza buscando al muchacho y lo encontró cercano a ellos.

Javi se había bajado la cremallera del mono y, como evidenciaban los rítmicos movimientos que el mono delataba, había empezado a masturbarse frenéticamente.

Fue entonces cuando Julián aferrado al trasero de Maka, deslizó la otra mano por su cuerpo y con un brusco movimiento la introdujo bajo su mojadísimo tanga. Ella experimentaba un intenso placer sintiéndose sometida de aquella manera salvaje y fue cuando Julián, tras un breve masaje en el clítoris le introdujo su dedo índice en la vagina, cuando ella ya no pudo más.

Sintió una explosión de placer infinito al llegar al orgasmo mientras cerraba los ojos y suspiraba un suave “sii…”; a lo lejos, como en sueños, escuchó a Julián … “te gusta eh zorra?”

(Continuará..;-)

La batería que alimenta el placer. capítulo 1


LA BATERIA QUE ALIMENTA EL PLACER.
Escena primera.-


-¿"Y ahora que pasa"? Dijo Makarena

al girar la llave de contacto y descubrir

que el motor de su coche no daba señales de vida.

-¡Mierda!, le reprochó al espejo retrovisor a la vez que golpeaba el volante.
Era su primer día de vacaciones, bien merecidas, después de todo un año trabajando en la explotación... No podía ser!, ahora no!...

Se bajó y dió dos vueltas alrededor del coche examinándolo con una mirada a mitad de camino entre el reproche y la comprensión… a fin de cuentas no se preocupaba mucho de él.
Rebuscó con prisa en la guantera entre multitud de papeles... pequeños cadáveres que un día formaron parte de un árbol, ahora manchados de tinta... folletos de viejos viajes, multas impagadas, mapas, recuerdos... ¡papeles!... hasta que, finalmente, encontró la documentación del seguro…

-Dios, ¿donde esta el teléfono de la grúa?... No!,esto no es... este tampoco... Aquí!

Marcó precipitadamente en su móvil aquel número de la tarjeta de vívidos colores que le prometía rapidez y eficacia.

Aspiraba las primeras caladas de su segundo cigarrillo cuando, con estrepitoso estruendo de cadenas chocando contra metal, un vehículo grúa de ronco motor dobló la esquina.
Al menos no han tardado mucho, pensó.

Sin llegar a detener el vehículo del todo el conductor apoyó su peludo brazo sobre el negruzco borde de la ventanilla y asomando ligeramente la cabeza bramó: "¿ha llamao usté a la grúa?", haciéndose oír sobre el fuerte ronroneo del motor.

Ella asintió y aquel tipo aparcó su monstruo motorizado delante del coche.

El sol calentaba con fuerza allá lejos, sobre el mar. A contraluz Macarena vió descender de la cabina a un... ¿hombre? Ella pensó, por un instante, que se encontraba frente al eslabón perdido;-) ese nexo de unión entre el mono y el hombre del que los antropólogos buscan sin descanso algún rastro que los saque de sus meras elucubraciones de laboratorio.

Aquel... ser! se descolgó la colilla, apagada desde quién sabe cuándo, de la comisura de la boca; escupió sonoramente sobre el asfalto y con una sonrisa estúpida le lanzó un “Buenos días”.

-"¿Ca’pasao?"

-Eh? Ah! si…no se, no arranca… contesto ella

-"Bueh…lo llevamos al tallé y ya está"

Aquel gorila volvió hacia la cabina de la grúa y Makarena retrocedió para permitirle el paso manteniendo cierta distancia; sobresaltándose al descubrir junto a ella a un jovencito que, con las manos embutidas en los bolsillos de un grasiento mono azul, la miraba desde detrás de sus grandes ojos marrones
"Debe ser el ayudante", se dijo... "vaya dos me han tocado"...

El operario se colocó junto a la consola desde la que se dirigía la grúa en el costado del vehículo y comenzó a hacer descender el gancho mientras el jovencito imberbe se agachaba delante del coche y peleaba frenéticamente con unas herrumbrosas cadenas que intentaba extender.

Makarena, en la acera, retrocedió un poco desconfiada de la pericia de aquella extraña pareja.
El muchacho deslizó las cadenas por los calzos situados en las ruedas delanteras, las tensó y esperó pacientemente a que aquel gancho de peso indeterminado llagara hasta el. Lo conectó a la cadena y escupió un ¡dale! que en aquel tono quebradizo de niño que intenta ser hombre sonó casi cómico.

El motor eléctrico de la grúa gimió y la cadena al sentir el peso del coche, crujió.

Makarena desvió la mirada del coche que se elevaba para descubrir que ambos la miraban descaradamente; con fugaces y esquivas miradas el muchacho; con una larga y lasciva mirada que la recorría desde sus tobillos hasta sus pechos aquel bruto de macilenta y descolorida gorra verde.

Ella cayó en la cuenta de que se encontraba entre los rayos del astro rey y aquellos elementos; ofreciéndoles, gracias al vaporoso vestido rosa de seda que había elegido para aquel bochornoso día, una esplendorosa imagen de su esbelto cuerpo.
-¡Cerdos! Pensó Makarena mientras cruzaba los brazos sobre su pecho y se desplazaba lentamente para evitar el contraluz.

Fué entonces, al apoyar sus brazos cruzados sobre sus pechos cuando sintió, asombrada, que sus pezones se encontraban excitadísimos y que... sí! era inconfundible, una ola de placentero calor con epicentro en su húmedo sexo, se extendía por todos los rincones de su cuerpo.
¿Makarena que haces? Pensó para si, pero en realidad sabía muy bien la respuesta; su lado salvaje, Maka, se había despertado.

La maniobra de elevar el coche había finalizado y la voz hosca del operario la sacó de sus tribulaciones:
-"Señora quié venir con no´otros al tallé? Hay sitio en la cabina y con suerte se lo arreglan en un ná".

Makarena cuya mano jugueteaba con el móvil mientras su mente le afirmaba la necesidad de llamar a un radio taxi, se sorprendió al escuchar su propia voz contestando:
-"Si, gracias, voy con vosotros"
A la vez que instintivamente arqueaba la espalda y bajaba los brazos ofreciendo a la vista de aquellos dos la visión del juego de luces y sombras con el que la luz del sol, que ahora incidía sobre ella lateralmente, realzaba sus erectos pezones.

Maka, la perrilla juguetona había ganado otra vez la partida por el control y Macarena desapareció... en el fondo complacida ;-) (continuará...)

Con Cien Deseos por Banda 5* capítulo... el desenlace


Ambos disfrutaron con avaricia cada humedo

y calido milimetro de aquel recorrido

hasta que sus pubis se unieron.

Se quedaron asi, quietos ,

besandose durante un momento atemporal.

Maka comenzo a elevarse y a descender sobre aquel miembro que ella tantas veces deseo sentir en su interior. Lo recorria arriba y abajo besandolo con los labios de su sexo. Sentia el placer de la penetracion tanto como el placer de saberse con el poder, con las riendas de aquella situacion. Solo era necesario un cambio de ritmo en aquellos movimientos para que ella sintiese que los jadeos de su pirata se aceleraban…eso le gustaba y la excitaba mas aun si cabe….si, realmente le gustaba.

En un momento dado ella descendio hasta sentir el pene de el totalmente en su interior y entonces ceso sus movimientos, rodeo con sus brazos el cuello de su amante y uniendo su frente a la de el, dejo que sus ojos llameantes se encontraran. Asi, sin apartarse la mirada, ella comenzo a mover sus caderas hacia adelante y hacia detras, sin dejar salir ni un milimetro del pene fuera de ella. Leves momientos al principio que fueron creciendo en fuerza y ritmo hasta que ambos sintieron que el siguiente movimiento los conduciria irremediablemente a la explosion de placer que tanto habian anhelado sentir juntos.

Maka dejo caer su cabeza hacia atras, arqueando la espalda mientras el recorriendo con sus dedos con fuerza la columna de ella desde su nuca hasta la cadera lamia y mordisqueaba sus delicisos pezones.

En aquel segundo milenario ella exhalo un ronco de suspiro de placer al llegar al orgasmo mientras sentia las calidas oleadas de calor que aquel esperma que tantas veces vio por la pantalla llenaba su interior.

Permanecieron asi unidos disfrutando de cada leve momiento, de cada suspiro, de cada leve caricia…..cuanto?? No existe en el universo conocido medida de tiempo que pudiera cuantificar aquel instante.

Maka deslizo sus labios por la mejilla de su compañero y besandole el cuello cerro los ojos para disfrutar, aun mas, de aquel mar de sentidos……cerro los ojos profundamente, dejando volar su pensamiento en un abismo de lleno de sensaciones…cerro los ojos y relajo todos los musculos de su cuerpo exhausto

Noto la calidez de una lengua que le lamia la mejilla, abrio levemnte los ojos y sus pupilas enfocaron aquel rostro que le lamia con cariño su mejilla….Coto ?? Coto ?? Que haces aqui ?……
Miro a su alrededor y se vio recostada en el suelo del salon con su espalda apoyada contra las patas del sofa. El suelo estaba mojado y junto a sus pies una taza de café derramado; se encontraba levemente mareada, pero sin sentir dolor en ningun sitio….. Mierda ! espetó. Vaya golpe me he debido de dar dijo mientras se incorporaba y rascaba la cabeza de su fiel Coto.

Se levanto con lentitud, meso sus cabellos y estiro su camison aun humedo.Se mordio el labio inferior y cerro los ojos….
Parecia tan real…..y habia sido todo producto de una incosciencia accidental.

En ese instante el sol desgarro las nubes enviando sus rayos de vida a traves de aquellos girones. El salon se lleno de luz y el calor baño su cuerpo.
Maka abrio los ojos para ver una sombra que se proyectaba desde la manilla exterior de la puerta acrsitalada del balcon . Se acerco mientras su pulso se aceleraba y recogio entre sus dedos un parche negro de fieltro que colgaba por su cinta de la manilla…..abrio sus ojos con sorpresa y alegria a la vez y giro la cabeza lentamente para mirar la pantalla de su ordenador desde la cual, el principe de aquellos universos paralelos, aquel rey sin piernas que jugaba con los sueños y ahnelos del mundo real, el icono del messenger le sonreia con frialdad. ;-D

Con Cien Deseos por Banda 4* capítulo



Las yemas de sus dedos recorrieron una
y mil veces la cara interna de sus muslos,
acercandose y alejandose de aquel centro

ardiente del universo pasional en el que
se habia convertido el pubis de Maka,
aquel punto que era el lugar al que los dos
querian llegar. Con cada acercamiento
los jadeos de ella se aceleraban….
seria esa vez cuando aquellos dedos rozarian
con suavidad su clitoris suplicante...
No, todavia no, alarguemos un poco mas
el placer de la incertidumbre…quieres?

Finalmente su dedo corazon rozo su clitoris, imperceptiblemente al principio. Con suavidad sus dedos recorrieron su vulva, reconociendola, aprendiendola…. recorrio con la yema de su dedo el contorno de los labios de su sexo mientras lamia con fuerza su cuello, cuello que Maka, con la cabeza echada hacia atras, ofrecia generosamente a su compañero.

Con suaves movimientos de vaiven de su dedo aquel corsario de los megabytes hecho realidad acaricio el clitoris de Maka, despacio, con estudiados movimientos, con ligeras presiones, arrancando roncos suspiros de su garganta. Apoyo la yema de su dedo indice sobre el endurecido clitoris, para, pivotando con suavidad sobre el ,acariciarlo sin moverse, solamente con los cambios de presion sobre su contorno, notando como en aquel momento el clitoris de Maka latia con mas fuerza que su corazon.

Entonces su otra mano se deslizo por el cuello de ella hasta su pecho, para acariciarlo con rotundidad a la vez que recorria con su dedo indice los labios del sexo de su amante, para, al llegar al punto de union de estos, afrontar la entrada de su vagina y penetrarla suavemente.

Pego la palma de su mano al pubis y la penetro con su dedo profundamente, explorando todos los rincones de su vagina.

Para entonces la pasion y el deseo se habian adueñado de sus mentes, de sus acciones, de sus pensamientos .

Durante uno de los suaves movimientos pelvicos con los que Maka recibia cada penetracion de aquel dedo lujurioso fue cuando se percato que el pene de aquel amante que tanto habia deseado presionaba cada vez con mas firmeza su espalda, como llamandola, suplicando su momento de protagonismo.

No hicieron falta palabras, tan solo una mirada de complicidad. Maka se incorporo, giro sobre si misma y se coloco de rodillas sobre el sofa, dejando a su compañero entre sus piernas; apoyo sus codos sobre los hombros de el y cuando el comenzaba a lamer con fuerza sus pezones excitados, Maka inicio un movimento descendente hasta que el glade del pene de su deseado corsario entro en contacto con la entrada de su vagina. Ahi se detuvo un instante en el que ambos se dedicaron la mirada con mas fuego y deseo que jamas haya visto el mundo.

Mientras se besaban ella descendio mas dejando que aquel erecto pene la fuese penetrando con suavidad.

Ambos disfrutaron con avaricia cada humedo y calido milimetro de aquel recorrido hasta que sus pubis se unieron. Se quedaron asi, quietos , besandose durante un momento atemporal.

Maka comenzo a elevarse y a descender sobre aquel miembro que ella tantas veces deseo sentir en su interior. Lo recorria arriba y abajo besandolo con los labios de su sexo. Sentia el placer de la penetracion tanto como el placer de saberse con el poder, con las riendas de aquella situacion. Solo era necesario un cambio de ritmo en aquellos movimientos para que ella sintiese que los jadeos de su pirata se aceleraban…eso le gustaba y la excitaba mas aun si cabe….si, realmente le gustaba.

En un momento dado ella descendio hasta sentir el pene de el totalmente en su interior y entonces ceso sus movimientos, rodeo con sus brazos el cuello de su amante y uniendo su frente a la de el, dejo que sus ojos llameantes se encontraran. Asi, sin apartarse la mirada, ella comenzo a mover sus caderas hacia adelante y hacia detras, sin dejar salir ni un milimetro del pene fuera de ella. Leves momientos al principio que fueron creciendo en fuerza y ritmo hasta que ambos sintieron que el siguiente movimiento los conduciria irremediablemente a la explosion de placer que tanto habian anhelado sentir juntos.

Maka dejo caer su cabeza hacia atras, arqueando la espalda mientras el recorriendo con sus dedos con fuerza la columna de ella desde su nuca hasta la cadera lamia y mordisqueaba sus delicisos pezones.

En aquel segundo milenario ella exhalo un ronco de suspiro de placer al llegar al orgasmo mientras sentia las calidas oleadas de calor que aquel esperma que tantas veces vio por la pantalla llenaba su interior.

Permanecieron asi unidos disfrutando de cada leve momiento, de cada suspiro, de cada leve caricia… Cuanto??... No existe en el universo conocido medida de tiempo que pudiera cuantificar aquel instante... (Continuará...)

Con cien Deseos por Banda.- 3* capítulo


Maka volvio a cerrar los ojos y penso que se habia quedado dormida frente a aquella ventana del mundo virtual.

Fue al sentir en su oido una presencia sutil e inesperada cuando sus sentidos se dispararon y una descarga de adrenalina recorrio todo su cuerpo.

Un calido susurro le suspiro “te deseo” en el oido. Giro levemente la cabeza y bajo la vista , para descubrir que sus brazos no se apoyaban sobre el sillon, estaban sobre otros brazos, otros brazos que ella conocia, que ella deseaba; fue entonces cuando tuvo conciencia que su espalda se recostaba sobre otro cuerpo, un cuerpo que le irradiaba calor, un cuerpo, que sin verlo , ella sabia que conocia; un cuerpo que deseaba.

Con suavidad Maka alzo los brazos y los llevo detras de su cabeza para acariciar la nuca de aquel navegante con el que habia compartido tantas travesias virtuales. No sabia como el habia llegado hasta alli, tampoco le importaba; solo sabia que era real lo que su piel sentia. Acaricio su nuca con suavidad mientras el deslizo sus manos por sus costados hasta llegar a su cuello para , tirando levemente de su barbilla girar la cabeza de Maka.
Sus labios se encontraron con la inexperiencia de la primera vez pero con la pasion de compartir deseo. Besos profundos, calidos. Besos que desataban pasiones tantas veces soñadas en la pantalla y que ahora se hacian realidad.
El inclino su cabeza para besar y lamer su cuello. Sus manos recorrian los costados de Maka dibujando con caricias imperceptibles el perfil de sus costillas.
Una oleada de placer recorrio el cuerpo de Maka cuando los dedos de el alcanzaron el contorno de sus pechos y los recorrieron con suavidad

El acaricio sus pechos como si ello fuera la unica cosa que de verdad tuviera importancia en el mundo. Con cada caricia arrancaba suspiros de placer de Maka, con cada leve presion sobre sus pezones producia chispas de pasion que erizaban su cuerpo.
El tiempo se detuvo para ella mientras el cubria su cuello con los mas delicados besos y sus pechos con sus mas suaves caricias.

Lentamente aquel extraño conocido deslizo lentamente sus manos por el vientre de Maka hasta alcanzar sus muslos , para, con extrema suavidad, separar sus piernas colocandolas abiertas sobre las de el... (continuará...)

Con Cien Deseos por Banda.- 2* capítulo







Perdió la nocion del tiempo y no sabría decir cuanto permaneció así,
dejándose amar por la lluvia y el viento, sintiendo cada una de sus caricias.

Tras sus parpados cerrados sus pupilas adivinaron el estallido de aquel látigo de luz que recorrió el cielo gris.
Su cuerpo se estremeció por la vibración espasmódica y el ronco aullido de aquel grito que rasgo el cielo durante unos segundos interminables… después solo quedo el silencio, el silencio amortiguado por el fino devenir de la lluvia.

Abrió sus profundos ojos marrones y se preguntó si aquello habia sido un trueno o, simplemente ella, la lluvia y el cielo; fundidos en un deseo incontrolado, habian alcanzado juntos un orgasmo de dimensiones incompresibles.
Sus musculos se relajaron y un escalofrío recorrió su cuerpo; el frio quería poseerla.
Se giró y entró en la habitación, la naturaleza la había amado con fuerza para darle los buenos días y ella estaba sumida en una paz gozosa; esa paz que sienten los amantes tras haber bebido el elixir de la pasion en la piel del otro.
Cerro la puerta de la cristalera y comenzo a avanzar hacia el interior de la sala, de repente, ante su extrañeza, el suelo se deslizo bajo sus pies y... llegó la oscuridad.
Su cerebro le decia que estaba consciente pero una sensacion de vertigo en su cabeza no le dejaba abrir los ojos. Con suavidad alzo los parpados y vió, extrañada, que desde la pantalla del ordenador, ese icono gráfico de la comunicación, ese principe de mundos paralelos imaginarios que es el muñequito del messenger, le sonreía con frialdad...(continuará)



Con Cien Deseos por Banda.- 1* capítulo





Era temprano, muy temprano,

el sol queriendo renacer un dia mas,
comenzaba a incendiar el mar alli lejos,
en el horizonte.

Maka de pie frente al ventanal de la terraza contemplaba el amanecer de otro dia. Como cada madrugada disfrutaba observando aquel parto natural que daba paso al inicio de un nuevo dia.

Abrio el ventanal y salio a la terraza.Un viento fresco, demasiado tal vez, la recibio; su contacto frio hizo que su piel se estremeciera.

Miro hacia la playa donde las gaviotas recomponian su plumaje y esperaban pacientes ,como cada mañana, la llegada de aquel monstruo de acero que removia la arena y les proporcionaria, con suerte, un frugal desayuno antes de emprender su vuelo entre las olas espumosas. Aquellas olas que batian la playa como si quisieran escapar delmar..o tal vez quisieran atrapar la tierra?

Agarró con las dos manos la taza de café humeante como si quisiera extraer de el todo su calor, el viento, travieso como solo el sabe serlo, jugaba con su melena ondulada y susurruba en sus oidos sonidos de sensual provocacion. Miro a Coto su fiel compañero canino, aquel que mejor la entendia y mimaba…”Si, tranquilo ahora salimos, le dijo con dulzura”.

Miraba la oscuridad del mar esperando que aquellos primeros rayos de sol enciendieran esa miriada de brillos que solo el mar sabe y puede dar. Sin embargo aquel estallido de luces no llego. Maka alzo la vista y vio como negras nubes se cernian velozmente sobre el horizonte. Con esa velocidad que tienen las cosas que no queremos que sucedan, rapidas, frias, implacables. El sol perdia la carrera por el protagonismo de aquel amanecer y el cielo quedo cubierto por aquellos algodones sucios.

Finas y espaciadas gotas comenzaron a caer de aquella masa gris azulada. Maka con los ojos fijos en aquel telon impenetrable, se debatia entre la admiracion de aquel espectaculo o el enfado ante el asesinato sin sangre, que aquellas nubes habian perpetrado en contra de un sol con deseos de nacer.

Bebio un largo trago de aquel café fuerte y sintio su calidez deslizandose por su garganta, abriendose paso por su cuerpo. La lluvia arrecio y, avariciosa por llegar a todas partes, rodeo a Maka acariciando su cuerpo con un manto humedo. Ese suave golpeteo de la lluvia sobre su piel, la excito. Alzo su cabeza y cerro los ojos dejando que cada gota se conviertera en un beso humedo, excitandose con la incertidumbre de no saber donde sentiria la llegada de la siguiente gota discola.
Maka dejo que la lluvia la acariciara, dejo que el agua empapara su fino camison que se pego a su cuerpo como si quisiera formar parte de su piel, dejo que el agua se deslizara por su piel lamiendo la redondez de sus pechos y, aliada con el viento, endureciera sus pezones….si, le gustaban aquellas sensaciones; de manera instintiva su respiracion se acelero y sintio que desde sus sensibles pezones una ola de calor prendia su humedecido cuerpo... (continuará...)

Amantes de una noche de verano


La noche era fresca, de esas noches del final del verano,

cuando los primeros compases del otoño se adueñan de los atardeceres.

Recorrieron el paseo despacio, disfrutando de las caricias de la brisa del mar,

charlando de banalidades…banalidades salpicadas de risas y complicidades.
Te apetece….¿un café? Pregunto ella dándole un timbre ronco a su sensual voz.

Con dos…terrones respondió el.
Subieron en silencio por las escaleras ,entraron en su piso y ella cerró la puerta. Al girarse, se encontró de frente a el. Miradas de deseo en la oscuridad, sin palabras; no eran necesarias.
El la hizo retroceder hasta la puerta, la agarro por las muñecas y elevo sus brazos por encima de su cabeza, acercando su cara a la de ella…cerca, muy cerca. Sus labios separados tan solo por un milímetro, tan solo un milímetro…la barrera de la pasión encendida.
Finalmente unieron sus labios no en un beso si no en una caricia, una caricia que cada vez se hizo mas profunda. Labios y lenguas fundidas en un monumento al deseo compartido. En ese momento desapareció la frescura de la noche para convertirse en un fuego, un fuego eterno que no quema, que no mata. Un fuego que aviva la vida…la pasión.

Manteniendo los brazos de ella sobre su cabeza el deslizó sus labios por su rostro, reconociéndolo , estudiándolo, deseándolo. Lamió , besó y mordisqueó suavemente el lóbulo de sus orejas, susurrando palabras de profunda atracción, de deseo incontrolado…palabras de pasión.

El recorrió con sus labios su cuello, bajando hasta sus hombros para poder recorrerlos a besos suaves, casi imperceptibles… Deslizó sus manos por debajo de aquel top color fucsia y , a la vez que acariciaba sus costados lo fue levantando hasta que se lo quitó por completo, en ese momento el la giró y la puso de frente a la puerta e hizo que ella apoyara sus manos sobre la madera de esta. Daría la sensación de que fuera a cachearla…..si, eso era, un cacheo de deseo.

Besó su nuca, notando como su vello se erizaba, lamió sus hombros y deslizó su lengua por el borde de aquel sugerente sujetador negro. Recorrió su contorno en su camino por la espalda mientras las yemas de sus dedos bajaban suavemente acariciando sus brazos extendidos.

Ella suspiró al sentir las diez yemas de sus dedos subiendo desde sus caderas. La caricia suave de los dos pulgares de el deslizándose hacia arriba por el canal de su columna vertebral hasta llegar al cierre de su sujetador, que desabrochó con suavidad.

El se deshizo de su ropa y pego su pecho contra la espalda de ella y sus manos se deslizaron por sus caderas hasta su vientre. Con sus labios apartó los tirantes de sus sujetador que cayeron en cámara lenta por sus brazos. Ella , acabando el movimiento lo dejó caer al suelo.

Las manos de el acariciaron si vientre en su camino ascendente. Acarició el costado de sus pechos y con la yema de su dedo corazón comenzó a recorrer el contorno de ellos, suavemente, haciendo círculos concéntricos sobre ellos… cada círculo mas pequeño, mas cerrado sobre sus pezones que comenzaban a endurecerse. El último circulo condujo, irremediablemente, a que sus yemas entraran en contacto con la dureza de sus pezones y ella sintió una chispa, un fogonazo de placer que recorrió su columna.

Sus manos rodearon sus pechos y los acarició con un delicado masaje mientras mantenia los pezones entre sus pulgares e índices….presionándolos con suavidad.

Desabrocho su falda y esta se deslizo hasta el suelo, sus yemas recorrieron el borde de su tanga y la llegar a sus caderas introduciéndose por debajo de su borde lo empujaron hacia abajo.

El recorrió con sus labios su espalda, deslizando su lengua por la columna vertebral mientras sus manos acariciaban sus costados hasta que manos y labios llegaron a un mismo punto, sus caderas. Con un movimiento suave el la obligó a girarse mientras el se arrodillaba para quedar frente a su vientre. Con sus manos separó sus piernas y empezó a lamerle los tobillos, deslizando sus labios por sus piernas, llevando su lengua por el interior de sus muslos, notando, sintiendo que cada milímetro que su lengua subía por sus muslos lo acercaba mas al fuego de su sexo.

Finalmente su cara quedó frente al sexo de ella; se acercó a el despacio hasta que sus labios rozaron suavemente el vello de su pubis. El suspiró profundamente sintiendo la calidez de aquel cuerpo a tan solo un milímetro de sus labios.
Beso suavemente su sexo y comenzó a acariciarlo con sus labios, deslizó su lengua y lamió con delicadeza su clítoris.
Lo lamía despacio de abajo hacia arriba, aumentando la presión de su lengua sobre el cada vez un poco más…. Lamiéndolo más fuerte y mas profundamente. Separó con sus dedos los labios de su sexo pudiendo así llegar mas profundamente a el, mordisqueándolo con los labios y acariciando con la lengua la entrada húmeda de su vagina.
Entonces , mientras suspiraba cada vez con más fuerza el selló sus labios sobre su sexo y comenzó a absorberlo con un efecto ventosa, como si quisiera extraer de el todo su fuego , toda su pasión a la vez que con la lengua lamía frenéticamente su clítoris ,haciendo que ella alcanzara el borde de la consciencia.

Acariciando sus costados y lamiendo su vientre el se fue elevando hasta llegar a sus excitados pezones, que lamió, besó y mordisqueó con suavidad, para seguir subiendo hasta colocarse frente a su cara para poder besarla profundamente mientras su pene erecto presionaba el vientre de ella.

Recorrieron los escasos centímetros que los separaban de la mesita del recibidor y el la apoyó sobre ella. Le elevó las piernas y las apoyó sobre su pecho para quedar frente a frente. Con un movimiento hacia adelante suave pero constante se fue acercando a ella hasta que sus labios se unieron en otro beso mientras su pene rozaba su clítoris. El lo movió suavemente haciendo que su glande se deslizara por encima de su clítoris para colocarse en la entrada de su vagina.
Entonces presionó y comenzó a penetrarla suavemente, sintiendo, disfrutando, cada milímetro que entraba en ella; notando la húmeda calidez de su interior. Siguió penetrándola con suavidad hasta que sus pubis se unieron, y asi, quietos, disfrutando de ese momento se miraron a los ojos y se besaron.

Se retiró suavemente de ella, saliendo de su interior tan despacio como había entrado, hasta que su pene casi abandonó aquel templo de pasión que era su sexo. Entonces comenzó a penetrarla , esta vez un poco más deprisa, para volver a retirarse y, sin llegar a salirse de ella volver a recorrer su interior, cada vez mas deprisa, con más fuerza, con movimientos ritmos, al son de aquellas olas que se batían con fuerza sobre la orilla y que enmarcaban su deseo.

Los movimientos se hacían más rápidos, más fuertes; los gemidos más roncos. Fue cuando el comenzó a besarla profundamente sin dejar de penetrarla hasta que en un estallido de placer el sintió como los espasmos de de su vagina al llegar al orgasmo presionaban su pene que derramaba su cálido esperma en su interior.

Se quedaron asi largo rato, notando como sus sudores entremezclados. Sin querer separase pero anhelando hacerlo para comenzar de nuevo……
Con mi agradecimiento al Pirata que me llevó a navegar por los húmedos oceanos del Sexo

Leda y el cisne


LEDA

El cisne en la sombra parece de nieve;
su pico es de ámbar, del día al trasluz;
el suave crepúsculo que pasa tan breve
las cándidas alas sonrosa de luz.

Y luego, en las ondas del lago azulado,
después que la aurora perdió su arrebol,
las alas tendidas y el cuello enarcado,
el cisne es de plata, bañado de sol.

Tal es, cuando esponja las plumas de seda,
olímpico pájaro herido de amor,
y viola en las linfas sonoras a Leda,
buscando su pico los labios en flor.

Suspira la bella desnuda y vencida,
y en tanto que al aire sus quejas se van,
del fondo verdoso de fronda tupida
chispean turbados los ojos de Pan.

[San José, Costa Rica, 1892]

Rubén Dario