Amantes de una noche de verano


La noche era fresca, de esas noches del final del verano,

cuando los primeros compases del otoño se adueñan de los atardeceres.

Recorrieron el paseo despacio, disfrutando de las caricias de la brisa del mar,

charlando de banalidades…banalidades salpicadas de risas y complicidades.
Te apetece….¿un café? Pregunto ella dándole un timbre ronco a su sensual voz.

Con dos…terrones respondió el.
Subieron en silencio por las escaleras ,entraron en su piso y ella cerró la puerta. Al girarse, se encontró de frente a el. Miradas de deseo en la oscuridad, sin palabras; no eran necesarias.
El la hizo retroceder hasta la puerta, la agarro por las muñecas y elevo sus brazos por encima de su cabeza, acercando su cara a la de ella…cerca, muy cerca. Sus labios separados tan solo por un milímetro, tan solo un milímetro…la barrera de la pasión encendida.
Finalmente unieron sus labios no en un beso si no en una caricia, una caricia que cada vez se hizo mas profunda. Labios y lenguas fundidas en un monumento al deseo compartido. En ese momento desapareció la frescura de la noche para convertirse en un fuego, un fuego eterno que no quema, que no mata. Un fuego que aviva la vida…la pasión.

Manteniendo los brazos de ella sobre su cabeza el deslizó sus labios por su rostro, reconociéndolo , estudiándolo, deseándolo. Lamió , besó y mordisqueó suavemente el lóbulo de sus orejas, susurrando palabras de profunda atracción, de deseo incontrolado…palabras de pasión.

El recorrió con sus labios su cuello, bajando hasta sus hombros para poder recorrerlos a besos suaves, casi imperceptibles… Deslizó sus manos por debajo de aquel top color fucsia y , a la vez que acariciaba sus costados lo fue levantando hasta que se lo quitó por completo, en ese momento el la giró y la puso de frente a la puerta e hizo que ella apoyara sus manos sobre la madera de esta. Daría la sensación de que fuera a cachearla…..si, eso era, un cacheo de deseo.

Besó su nuca, notando como su vello se erizaba, lamió sus hombros y deslizó su lengua por el borde de aquel sugerente sujetador negro. Recorrió su contorno en su camino por la espalda mientras las yemas de sus dedos bajaban suavemente acariciando sus brazos extendidos.

Ella suspiró al sentir las diez yemas de sus dedos subiendo desde sus caderas. La caricia suave de los dos pulgares de el deslizándose hacia arriba por el canal de su columna vertebral hasta llegar al cierre de su sujetador, que desabrochó con suavidad.

El se deshizo de su ropa y pego su pecho contra la espalda de ella y sus manos se deslizaron por sus caderas hasta su vientre. Con sus labios apartó los tirantes de sus sujetador que cayeron en cámara lenta por sus brazos. Ella , acabando el movimiento lo dejó caer al suelo.

Las manos de el acariciaron si vientre en su camino ascendente. Acarició el costado de sus pechos y con la yema de su dedo corazón comenzó a recorrer el contorno de ellos, suavemente, haciendo círculos concéntricos sobre ellos… cada círculo mas pequeño, mas cerrado sobre sus pezones que comenzaban a endurecerse. El último circulo condujo, irremediablemente, a que sus yemas entraran en contacto con la dureza de sus pezones y ella sintió una chispa, un fogonazo de placer que recorrió su columna.

Sus manos rodearon sus pechos y los acarició con un delicado masaje mientras mantenia los pezones entre sus pulgares e índices….presionándolos con suavidad.

Desabrocho su falda y esta se deslizo hasta el suelo, sus yemas recorrieron el borde de su tanga y la llegar a sus caderas introduciéndose por debajo de su borde lo empujaron hacia abajo.

El recorrió con sus labios su espalda, deslizando su lengua por la columna vertebral mientras sus manos acariciaban sus costados hasta que manos y labios llegaron a un mismo punto, sus caderas. Con un movimiento suave el la obligó a girarse mientras el se arrodillaba para quedar frente a su vientre. Con sus manos separó sus piernas y empezó a lamerle los tobillos, deslizando sus labios por sus piernas, llevando su lengua por el interior de sus muslos, notando, sintiendo que cada milímetro que su lengua subía por sus muslos lo acercaba mas al fuego de su sexo.

Finalmente su cara quedó frente al sexo de ella; se acercó a el despacio hasta que sus labios rozaron suavemente el vello de su pubis. El suspiró profundamente sintiendo la calidez de aquel cuerpo a tan solo un milímetro de sus labios.
Beso suavemente su sexo y comenzó a acariciarlo con sus labios, deslizó su lengua y lamió con delicadeza su clítoris.
Lo lamía despacio de abajo hacia arriba, aumentando la presión de su lengua sobre el cada vez un poco más…. Lamiéndolo más fuerte y mas profundamente. Separó con sus dedos los labios de su sexo pudiendo así llegar mas profundamente a el, mordisqueándolo con los labios y acariciando con la lengua la entrada húmeda de su vagina.
Entonces , mientras suspiraba cada vez con más fuerza el selló sus labios sobre su sexo y comenzó a absorberlo con un efecto ventosa, como si quisiera extraer de el todo su fuego , toda su pasión a la vez que con la lengua lamía frenéticamente su clítoris ,haciendo que ella alcanzara el borde de la consciencia.

Acariciando sus costados y lamiendo su vientre el se fue elevando hasta llegar a sus excitados pezones, que lamió, besó y mordisqueó con suavidad, para seguir subiendo hasta colocarse frente a su cara para poder besarla profundamente mientras su pene erecto presionaba el vientre de ella.

Recorrieron los escasos centímetros que los separaban de la mesita del recibidor y el la apoyó sobre ella. Le elevó las piernas y las apoyó sobre su pecho para quedar frente a frente. Con un movimiento hacia adelante suave pero constante se fue acercando a ella hasta que sus labios se unieron en otro beso mientras su pene rozaba su clítoris. El lo movió suavemente haciendo que su glande se deslizara por encima de su clítoris para colocarse en la entrada de su vagina.
Entonces presionó y comenzó a penetrarla suavemente, sintiendo, disfrutando, cada milímetro que entraba en ella; notando la húmeda calidez de su interior. Siguió penetrándola con suavidad hasta que sus pubis se unieron, y asi, quietos, disfrutando de ese momento se miraron a los ojos y se besaron.

Se retiró suavemente de ella, saliendo de su interior tan despacio como había entrado, hasta que su pene casi abandonó aquel templo de pasión que era su sexo. Entonces comenzó a penetrarla , esta vez un poco más deprisa, para volver a retirarse y, sin llegar a salirse de ella volver a recorrer su interior, cada vez mas deprisa, con más fuerza, con movimientos ritmos, al son de aquellas olas que se batían con fuerza sobre la orilla y que enmarcaban su deseo.

Los movimientos se hacían más rápidos, más fuertes; los gemidos más roncos. Fue cuando el comenzó a besarla profundamente sin dejar de penetrarla hasta que en un estallido de placer el sintió como los espasmos de de su vagina al llegar al orgasmo presionaban su pene que derramaba su cálido esperma en su interior.

Se quedaron asi largo rato, notando como sus sudores entremezclados. Sin querer separase pero anhelando hacerlo para comenzar de nuevo……
Con mi agradecimiento al Pirata que me llevó a navegar por los húmedos oceanos del Sexo

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